El principio que lo rige es el de la inercia. A través de una soga el usuario acelera y desacelera un volante de inercia, utilizando su fuerza muscular. A medida que el esfuerzo y la fuerza aplicada por el usuario aumentan, mayor es la energía almacenada en la aceleración y por lo tanto resistida en la desaceleración. En los dispositivos inerciales, la cantidad de fuerza o energía que se puede producir es ilimitada, y depende exclusivamente de la potencia máxima y del esfuerzo de quien la utilice.
Ideal para su utilización tanto en Rehabilitación y Prevención de lesiones en adultos y mayores, como para el desarrollo de programas intensivos de entrenamiento en atletas de alto rendimiento deportivo.